Todos vivimos ocho horas antes (Tercer Premio del VII Certamen Poético Numen Comunidad Valenciana)

Victoria E. Cremades
(Ganadora del Tercer Premio Revista Numen)

TODOS VIVIMOS OCHO HORAS ANTES

Tengo un verso tan suelto
que no se deja dormir en paz;
salta a la comba mucho
y no se deja mecer, no se deja rimar,
no se deja de ilusiones:
siempre es él mismo,
verso mismo.
Cuando a veces lo coso
noto que me piensa, detrás
y yo hago como que no lo veo
aunque me gusta mirarlo, de reojo.
Se envalentona, cabriolea, es tozudo
y golfo; resistente a pequeños golpes.
Todo en lo que un día creí
se revuelve contra mi y me manosea;
sé que aunque parezca que hay poca sustancia
en lo que ahora estoy diciendo
y más sujeto (lo debo corregir);
lo cierto es que estoy leyendo los días
en un calendario que tengo, repetido,
desde hace diez años exactos.
Lo pasado, pasado…
De tan pasado que se acaricia solo.


CRUDA

Hombre que come hombre,
mujer que come dedo de hermana…

Y la miró, hizo un hueco entre sus párpados
para fijarse en sus pupilas, ahora, color de sangre;
ahí hay un vínculo,
ahí hay el comienzo de una historia pequeña.
Volver para quedarme en tu orilla,
en tu sombra, en tu mismo sentido,
bajo tus ideas, nacidas de todos lados.
Todo trenzado como aquel enorme tren cremallera;
hasta tus labios se retorcieron para el indicio,
para que yo escriba esto, entre papeles
que ya poco huelen a tinta;
a ganar amplias, y sí, a pensamiento también.
Allí estaré para aplaudirte, para el día de la gran ovación
y para que encuentres un título adecuado
y para que después alcances a meter nuestro libro
en el lugar de la estantería que ya sabes.


TREN CON DESTINO A SALAMANCA
(O TODO LO OCULTO SACADO A LA LUZ)

Mira esos árboles quemados,
ahí, en ese bosque, hubo un incendio ayer.
Ayer es demasiado, me dices,
pero llovía, te respondo,
cállate que me avergüenzo,
y comimos el resto de los platos en silencio.
Para siempre se nos antojó mucho,
qué larga es una tormenta sin resguardo,
sin un paraguas, sin una cueva lo suficientemente oscura;
es camino largo, a tientas, una primavera seca
y un adiós de abuela.

©Jessica P. Chang (Foto)

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