Poemas premiados IX Certamen Poético de la Comunidad Valenciana

Poemas premiados en el IX Certamen Poético de la Comunidad Valenciana Grupo Artístico y Literario Numen.


Algunos representantes del grupo Almas Enreversadas y el miembro del jurado José Luis Ferris. 

EL DUELO Y LA PROMESA

Hermosa ya, de oscuro, pretendía
pintar nuestro vaivén junto al camino;
la noche, con sus sombras, acechaba...

¡Dolor tan regresado, nunca tuve!

Con sed de mil ternuras, recordando
aquel suspiro infiel, que en tantas lunas,
tus ojos de mentira, repitiera...

¡Reguero de penumbras fue tu ausencia!

La fiel melancolía se hizo amiga,
y el mudo escalofrío de la tarde
inmensa soledad donde se aguarda.

Labrado sementero, ya marchito,
que nunca regaló pisada alguna.
Que nunca permitió encontrar vestigios
de aquello que dejamos. Y hacia el día,
vencida ya de exilios y de anhelos,
tornaba mi refugio en desaliento.

Pasillo devanado, denso bosque
  de ramas afiladas
hendiendo nuestra luz, siempre perdida.

Las lágrimas en duelo introducían
mi pena entre los huesos,
y el alma de alabastro fue pupila
cerrada enteramente para el mundo.

Allá, cuando septiembre convirtiera
de otoño el negro manto
en una crueldad tan infinita,
  la huella fue borrada.

Si otrora pretendiera
pintar nuestro vaivén junto al camino,
rendida, quedó presa
del pálido color de mis mejillas.

A golpes recitada,
rosario de dolores,
de cuentas solitarias sin anclaje,
la vida se cerró tan quedamente,
tan falta de ternuras,
  al vacío
de goznes que oprimieron
mi cuello estremecido.

Y volví a la desdicha, murmurando
las ansias escoradas de otro tiempo.
Las ansias de encontrar algún rescoldo
por trémulas cenizas.
  Hacia el alba,
quedaba prisionera entre las rejas
de alcoba, donde anidan
  el duelo y la promesa.

Hermosa ya, la noche pretendía
pintar de nuestro oscuro su camino.
Callada, entre las sombras, acechaba...

ALMAS ENREVERSADAS (Grupo compuesto por Lourdes Díaz Juan, Adelaida Novo Novo, Carmen Campello Maciá, Patricia Alejandra Luque, Pedro F. Pardo Montes, Laura Pérez del Hoyo, Aurea López Quiles, Jorge Sempere, Daniel Echevarría Barrio, Antonio García Galiana, Martina Arreza Doncel, Leonor Reolid Samper, Amalia de los Reyes Carbellido Rodríguez, Carmen Vergara Pérez, Francisco José García G., Marina Megías Durán, Ana Garrigós Pardo, Aída Juan Oriente, José Antonio Soler y Amparo Castillo Ferri.
(Poema ganador del primer premio Emilio Victoria)


Antonio Zapata Pérez

 A UNA BAILARINA ROTA

Era la noche más negra y hostil.
cerrada
            y de abatidos
                                 párpados.
Una noche de nubes gordas,
                                          sin pájaros,
como un toro de viento que empuja
invisible la escarcha.
Dos poetas
                 en el zaguán de un postigo
cotejan sus poemas con las pestañas quemadas.
De pronto,
pasa una sombra trastabillando el aire:
un «ángel» de porcelana y hueso
estalla grácil en la perversa piel del asfalto.
De tez morena y gafas de montura oscura,
yacía solitaria una joven entre dos dimensiones:
fue como un encuentro absurdo en la hora
                                                      bruja.
Desmoronada, se debatía
contra esa gravedad que la embriagaba.
Le ofrecimos
la fuerza de dos hombres líricos,
para vencer ese temor
que succionaba su cuerpo en un puñado.
Más
                de cien años
                                          la elevaron
de ese pozo tan breve que es el suelo.
Alzada entre dos hombros
sus piernas erraban sin cálculo preciso,
bailando triste una danza.
Me dolían sus pies
                            descoordinados,
y su cintura que temblaba como un seísmo dulce,
su aleteo algebraico
                             palpitaba en mis poros.
Al fin
sonreía agradecida,
                             podía caminar sola.
La soltamos,
como quien suelta a una niña que a andar
comienza por el espacio abstracto.
Y así despegó de nosotros,
con su perenne temulencia estilizada
de bailarina rota.
Volví a casa,
mientras un inmenso cuervo
de pizarra recortado, borraba estrellas
y tiznaba de hollín mis lágrimas.

ANTONIO ZAPATA PÉREZ
(Poema ganador del segundo premio Grupo Numen)

Eugenia Sánchez Rodríguez

CREPITANDO LA FE

Hablo de las piedras y sus ventanas
de sus mórbidas grietas
sobre tálamo compacto de mapas
con abrazos migrantes.
Condición de las líneas que escupen
el rumbo de huesos quebrados
a la orilla.
Sin un oráculo ni un azar claro,
solo el gemido preso
en las gotas de sal.

Noches gélidas, bárbaras; disparan
a ángeles temblorosos
en las puertas del duelo,
bajo el mágico Oriente traicionado.
Son los sueños que rasgan
las espaldas calientes,
un aliento en seísmo
quien precipita vírgenes manzanas,
al promiscuo
combustible viscoso.

Trasparentes las lenguas en el sur
arrojan voluntades indomables,
en orillas inclementes del norte.
Es el férreo pálpito de madres,
corazón en sus vientres
que abren la mar de par en par
y siembran amapolas en el cielo.

VA, la voz, impulsada
hacia lo que pretende ser.
Cabalgando metralla
que amenaza crujir los horizontes.
Marejadas rugientes, pies amargos
con esquelas mortuorias.
Y en la pupila, un páramo de lirios
blancos, sin sombras grises.

Así, como al principio:
molécula redonda,
de una tierra redonda.
Espacios infinitos de los soles,
invisible y certera sintonía.
¡Qué es el viento
frenético quien brama,
desde el edén baldío!
Y arroja un torbellino divisible,
de hojas verdes.

CREPITANDO la fe
Empuja del relámpago sus vectores.
(¡Día resplandeciente!)

Desde la inmensa cima del destino
se despliegan aguaceros violetas.
Y se abren las ventanas de las piedras
al amor que sustenta nuestro ayer
en mañana.
Sonidos de la sangre, de las razas:
solo en uno.
Renaciendo la aurora.

EUGENIA SÁNCHEZ RODRÍGUEZ
(Poema ganador del tercer premio Revista Numen)

 María Teresa Rodríguez Cabrera

EL CORAZÓN LLORA LÁGRIMAS DE SANGRE

El corazón llora lágrimas de sangre,
salen espontáneas cuando la mente alocada
hace razonamientos afligidos,
y se deslizan palabras con alas,
brotan de diferentes colores de sus nidos,
se tiñen de matices rojo abisal en el recorrido
al cargarse de desánimo, y por empatía,
el pincel del corazón sabe que van impregnadas
de una profunda incomprensión y desamor.

Avanzan por la senda del alma, inundando
y ruborizando el camino que transitan,
van acongojadas, esperan que un rayo de luz solar
les imprima ese dorado que necesitan,
cambiando al púrpura que es más sagrado,
y así conectar con esferas superiores,
siendo más sencillo recibir la ayuda íntima,
esa angelical y llena de maestría que nos susurra:
te amo, ¿no ves que toda tu vida es una prueba?

Revisa lo sucedido, cierra el grifo de las lágrimas,
revístete de bellas tonalidades arco iris,
se ofrecen ara envolver tu esencia de ternura
y facilitar el sosiego que el espíritu ambiciona.

SUSURROS DEL VIENTO AL CRISTAL

El viento roza los cristales, los acaricia,
ellos carcajean alegres, poseen cosquillas.
Yo, desde el otro lado, escucho sus voces,
sin comprender si en realidad ríen o lloran.

Al ubicar en esta trama mis cinco sentidos,
la percepción completa da un gran giro.
Cada uno de ellos me relata, por separado,
la historia de lo que el cristal recibe
siempre que el viento susurrante
se acerca para juguetear al tocarle.

Me descubren una bella danza,
un baile entre el aire que se agita y el cristal,
que, inmóvil, siente hasta la médula
la vibración cantarina de su amigo,
atrevido y osado, que se le acerca,
le trasmite con júbilo lo que sucede,
se lo trae de muy lejos, del más allá,
de donde no es posible descubrir al mirar
a través de sus trasparentes hojas.

Nada sucede por azar en el universo,
todo ostenta una sincronía especial;
un inicio ancestral con un final cósmico,
y en el centro, nosotros, en el tiempo presente.
El viento en el ahora. El cristal en el aquí.
La vida, eternamente infinita, en el momento.

Dios, feliz, contempla los eventos terrestres.
Espera que su gran obra de la creación,
el humano, perciba estos sucesos naturales
a la vez que sublimes y etéreos, provocando
que la consciencia de su ser interior se active,
salga de paseo con el fin de contemplar
el siseo dialogante de complicidad que ondea
entre el viento que llega surcando los cielos
y el tímido cristal que le aguarda en la ventana.

MARÍA TERESA RODRÍGUEZ CABRERA
(Poemas ganadores de Accésit)

Ramona Ruiz Moreno (Ramoncita)

CUERPO ROTO SIN TEMPLANZA

Y vi el ramo de azucenas
en el jarrón de la mesa,
y los almohadones rojos
en el suelo de tu alcoba,
y dos calandrias volando
por el cielo azul turquesa,
cuando me asomé al balcón.

Y vi a tu madre afligida
corriendo hacia la dehesa,
las macetas con las flores
sedientas y sin amores.

Y vi tu salto de cama
rasgado sobre la almohada;
sangre en la sábana blanca
y la alfombrilla manchada.

Mariposas como duendes
que por el balcón entraban.

Y vi en la torre subir
un amanecer funesto
que me llenó de tristeza,
salí a la calle corriendo
por donde tu madre iba,
la sangre me dio tu rastro.

Y ví tu cuerpo caído,
muerto ya estaba en el suelo,
el agua de la dehesa
coloreaba de rojo.

De tu boca... ni un quejido,
cerca de ti madreselvas,
dos amapolas perdidas,
jaramago, florecillas,
y sangre que derramabas
de los dedos de tu mano.

Y vi una seda morada
cubrir tu cuerpo desnudo,
tu madre rogaba a Dios,
tus ojos apagados vidrios
y solo pude llorar.

El alba se oscureció
por una nube muy negra
y una lágrima certera
 en tu herida se escondió.

VIVA ARGENTINA

Viva Argentina.
Tierra de fuego, y de la plata.
Viva mi Buenos Aires, querido,
sus barrios bajos, escuchando al pasar
por ellos lindos Tangos, y
el sonido de un bandoneón,
que la milonga acompaña.

Es el Tango...
un baile sensual, apasionado,
sentimiento violento del amor,
inquietante, y melancólico.

Es el Tango...
que acompaña a una mujer, que tú adorabas,
y todavía perdura en ti,
su recuerdo.

RAMONA RUIZ MORENO (RAMONCITA)
(Poemas ganadores de Accésit)

María Cristina Espinosa Coppola

DE REPENTE LA VIDA

De repente la vida
cambia de dirección
y nos marca otro mapa
Sin aviso comienzan
a saltar las alarmas
nuestro cuerpo se queja
la memoria se tiñe de brumas
se fatiga el corazón
crecen las ausencias
de quienes más queremos
y el espejo nos devuelve
rostros equivocados
De pronto nos descubrimos
supervivientes aislados
en territorios hostiles
sin brújula
desnortados
con la soledad por compañía
y el vértigo del miedo
acechando en cada esquina
Mas de repente la vida
nos muestra otras rutas
sendas inexploradas
que esperan nuestros pasos
tiempo
para recuperar sueños olvidados
abrazos que nunca hemos dado
De repente la vida
nos invita a bailar
reír
llorar
sentir
quitarnos las mordazas
gritar
hasta quebrarnos la garganta
sin miedos ni vergüenzas
brindar
levantar alto las copas
hasta tocar el vientre de las nubes
celebrar la intensidad de cada instante
y saborear la victoria
al comprobar
que hoy
una vez más ha amanecido
que hoy
comienza un nuevo día
que hoy
una vez más
estamos aquí

De repente la vida...

MARÍA CRISTINA ESPINOSA COPPOLA
(Poema ganador de Accésit) 

Eumenia Rodríguez Chamorro

COLORES DE OTOÑO

¡Qué maravilla el otoño
con sus preciosos colores,
lo que hace que me enamore
y a mí retornen los sueños!

Me encanta la primavera
aunque la siento perdida,
y por mucho que yo viva
nunca he de volver a ella.

Le ofrecí mi amor constante
con una especial ternura
y todo han sido aventuras
desde aquel lejano instante.

Retornan perdidos sueños
y el corazón me palpita
de un amor que no se quita,
solamente él es el dueño.

Otoño no me abandones,
con amor inacabado
quiero que estés a mi lado
y juntos mirar las flores.

Tengo miedo a que te vayas
y mis ojos no te vean.
Pues perdí la primavera.
¡Tan solo tú me acompañas!

NO PIERDO LA ESPERANZA

En una noche cálida y hermosa
contemplo las estrellas y la luna,
bajo un cielo colmado de hermosura
entre perfumes de romero y rosas.

Un día lo he de perder para siempre,
pensando en la mayor certeza.
Lo breve del viaje por la tierra
soñando que duraba eternamente.

No dejaré venir a la tristeza,
pues quiero ahuyentarla sin reparos
y aspiro a ser feliz con lo que hago
mientras vea del mundo su belleza.

Por todo lo que la vida me ha dado,
por momentos de lucha compartida.
Todos los agravios se me olvidan
si pienso en lo bueno, no en lo malo.

¡No me quiten la luz de lo que admiro
mientras tenga vida el pensamiento,
y el alma se enaltezca de contento
al recordar mi mente lo vivido!

Ya no siento frío de madrugada
y escucho al corazón latir gozoso,
cuando veo los días luminosos
a través del cristal de mi ventana.

Quisiera soñar, aunque soy consciente
del mundo tan injusto que habitamos.
Por eso a la justicia imploro y llamo...
¡Parad las guerras, el horror, la muerte!

¡Dulces pensamientos en mi cabeza,
dejad que el viento lleve los pesares
para dar alegría a mis cantares
y ojalá, mi esperanza nunca muera!

EUMENIA RODRÍGUEZ CHAMORRO
(Poema ganador de Accésit)

Juan José Rey Quirós

UN RIESGO INNECESARIO

Los que queman los bosques con fría indiferencia
y sin remordimiento regresan a su hogar,
¿podrán vivir tranquilos? ¿No han de reflexionar
que su acción perniciosa denota la demencia?
El que caza animales en riesgo de extinción,
sabiendo que la fauna se debe preservar,
no puede en la comunidad ocupar un lugar,
pues el mundo depende de su conservación.
El que vierte en los ríos residuos industriales,
sabiendo que valiosas especies extermina,
y que siendo tan esencial, el agua contamina,
ha de ver castigado sus actos criminales.
Los que destrozan la vida de tanto adolescente,
y traficando en la droga se enriquecen,
viendo esos jóvenes, que mueren o enloquecen,
mientras sus pobres madres lloran desoladamente...
De estos seres abyectos, ¿la frente no se humilla?
¡Qué pensamientos deben sus mentes albergar!
¿Pueden de su familia sus rostros contemplar
sin que su culpabilidad sonroje sus mejillas?
Y si han tenido hijos, a los que hayan querido,
¿no piensan que a ellos pueden también perjudicar?
Su proceder indigno, ¿no les hará avergonzar,
viendo que un mal cometen, sin razón ni sentido?
La sociedad debe aislar al que es un desalmado,
para evitar que su dañina locura prolifere,
pues es muy necesario que el hombre considere
que no ha de derrochar lo que en la tierra ha hallado.
Resulta inconcebible ver como la maldad
y la falta del menor sentimiento humanitario,
pueden ocasionar un riesgo innecesario
que llegue un día a destruir la humanidad.

JUAN JOSÉ REY QUIRÓS
(Poema ganador de Accésit)

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